Después de varias semanas de incertidumbre, finalmente el Papa Francisco escuchó al pueblo y aceptó la renuncia del obispo de la capital regional, Horacio Valenzuela, acusado de encubrir los abusos sexuales cometidos por uno de sus mentores, el sacerdote Fernando Karadima. En su reemplazo asume el administrador apostólico de Talca,  monseñor Galo Fernández. Además, el Pontífice acogió la renuncia del obispo de Rancagua, Alejandro Goic.

Falta Linares

No obstante, aún falta que caiga otro de los encubridores de Karadima .Se trata del obispo de Linares, Tomislav Koljatic, quien debería tener el mismo destino que sus homólogos cuestionados. No hay que olvidar que el obispo de Osorno, Juan Barros, fue el primero en caer de los que conformaban el círculo del silencio.




 
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