A principios de mes se desarrolló una nueva versión de la Copa Faro en el estadio Español. Como siempre, el evento deportivo tuvo una alta convocatoria con más de 70 equipos de distintos establecimientos educacionales de la provincia de Curicó. Más allá de los resultados en la cancha, llamó la atención una imagen que muchos vieron con conformidad y alegría. Un niño con una estructura metálica jugaba a la par con sus compañeros y rivales. La felicidad de ese niño contagió a los padres y apoderados que llegaron al recinto, pues esas escenas nos hacen una mejor sociedad.

Un ejemplo para todos

Entre los presentes en la Copa Faro estaba el jefe de la escuela de Deportes del Instituto Profesional AIEP, Fernando Bravo, quien  destacó la inclusión del menor. De hecho, precisó es un ejemplo para sus alumnos de técnico Deportivo que llegaron a arbitrar y planificar el torneo.
"Los alumnos no solo aprenden cosas técnicas, sino que sociales. Ese ejemplo de inclusión y superación son las cosas que motivan en seguir apoyando el deporte", dijo.



 
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