“Orgullosa me siento hoy porque en algún momento me sentí sola, desamparada, quería una familia y no estaban, y ellas nuestras queridas tías nos aconsejaron. Sin conocernos, sin saber nada”, fueron las emotivas palabras de Margarita, adolescente de 17 años, que por medio de un poema expresaba la felicidad que sentía al recibir el apoyo y cariño de los profesionales de la Residencia San Francisco de Molina. Y para garantizar un vida digna y seguir haciendo sonreír a muchas niñas más, fue que el Servicio Nacional de Menores (Sename), invirtió 45 millones de pesos, para la mejora de la infraestructura de la residencia de madres adolescentes embarazadas de San Francisco de Molina, potenciando la calidad de vida de las madres y sus hijos, permitiendo mejorar las condiciones de habitabilidad, y entregando un espacio de confort gratificante y que apunte hacia el desarrollo de felicidad integral del periodo de maternidad.



Potenciar lazos

La ceremonia estuvo encabezada por María Luisa Vallejos, Secretaria Regional Ministerial de Justicia y Derechos Humanos, quien valoró el aporte del servicio hacia la residencia, la que realiza una labor fundamental en el apoyo constante y de redes hacia las jóvenes y sus hijos. “Los 45 millones entregados por el Sename, vienen a concretar el compromiso de la Presidenta Michelle Bachelet con las adolescentes, y en ese sentido como Ministerio de Justicia debemos seguir potenciando los lazos con colaboradores que presentan un trabajo comprometido, en hacer valer el interés superior de los niños, niñas y adolescentes de la región del Maule, y que en el caso de Molina se hace realidad en la Residencia San Francisco”, indicó.



Trabajar juntos

Por su parte, Jorge Brito, director de la Fundación Crate, expresó que “es signo de un esfuerzo colaborativo entre las instituciones públicas y privadas que trabajan en torno a un objetivo común, que en este caso es poner a las niñas y adolescentes embarazadas como el centro de atención y sujeto principal de lo que significa mejorar sus condiciones de vidas para su dignificación, y ayudar a su proceso de resiliencia”. En tanto, Juan Lara, coordinador de la unidad de protección de derecho, comentó que “el trabajo que realiza el Sename es la muestra clara de que el eje central es la resignificación de los derechos de los niños más vulnerados, y en ese sentir el aporte de nuestra institución a la residencia San Francisco de Molina, demuestra que cuando las instituciones se coordinan pueden cambiar para bien, la vida de un niño, niña o adolescente”.




 
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