A miles de curicanos les gustaría decirles un par de cosas a los concejales y ex otroras autoridades municipales condenadas por el fraude al Fisco al quedarse con dinero destinado a viáticos por viajes dentro y fuera del país. Ese gran lujo se lo dio el poeta Joaquín Rebolledo Aladro, quien ganó la última versión del concurso de poesía "Gladys Thein", desarrollado en Curicó. "Imaginen el placer que me dio declamarlo frente a ellos", afirmó.


"No pude aguantar la risa"

Según consigna Radio ADN, el escritor recordó que había participado antes en el certamen y que aún recuerda una anécdota con uno de los imputados, quien le dijo "muy lindo lo que escribió oiga". Como Rebolledo no le creyó que haya escuchado su trabajo, le replicó ¿cuál parte le había gustado más? Tras un silencio incómodo, le respondió "el final", lo cual le causó una risa que no pudo aguantar, pues "el hombre era realmente un político profesional".



"En la tele"

Robolledo Aladro recordó que tiempo después vio a los mismos personajes en la televisión cuando se estaba dando la noticia de que todos era culpables de fraude al Fisco, situación que lo motivó a dedicarles algunas líneas que ahora casi todo Chile comenta. "Las condenas legales fueron un chiste, devolver el 20 por ciento de lo que robaron, pero la condena social fue la que me dolió realmente, pues tres de los concejales viajeros fueron reelectos", apuntó a la emisora nacional.

A continuación, lea el poema completo:

Los Viajeros

La tribu tiene hambre porque la tierra ya no responde
murieron los últimos curanderos
y el miedo a una plaga nos carcome
Los cobardes son electos por valientes
y salen en búsqueda de una cura a males que todavía desconocemos
Lo poco que tenemos se lo llevan en su peregrinaje
y nos dejan solos, solos con una promesa.

Los días pasan y nada pasa
el invierno es crudo para los que nos quedamos
pareciera que la tierra quiere sacudirse de nosotros
el fuego quema nuestras cosechas
y solo el sabor a cenizas perdura en nuestras bocas
Algunos todavía esperan con esperanza a los viajeros
pero las promesas no calientan ni llenan

Es el miedo en los ojos de la tribu el que nos mueve
enterramos a nuestros muertos bajo la nieve
y ofrecemos sus cadáveres de abono al suelo
Hicimos un nuevo trato con la tierra
la regaríamos con nuestras penas
y ella nos regalaría sus capullos de algo parecido a la felicidad

Volvió la risa a la tribu
niños sin miedo nacieron
El trabajo era duro
Pero sus frutos honestos
Volvió la primavera pero con ella también volvieron los viajeros

Ropas de oro portaban y relatos de las tierras más lejanas
donde incontables Dragones rasgan cielos
Los viajeros arrodillados les describen nuestra tribu
donde el agua es negra y ríos purpura bañan la tierra
los dragones se regocijan y ofrecen cumplir sueños
nos bañarán a todos de oro
si y solo si obedecemos sus mandatos

Nuestros ilusos ojos se abren para no ver
salivamos ante la avaricia de las posibilidades
tenemos que entregar nuestros frutos de tributo
a los viajeros que se proclaman salvadores
ya que solo ellos saben la ruta a los dragones

Los niños sin miedo se niegan
“ya tenemos suficiente y el próximo año tendremos más
no conviertan el error en complicidad”
pero ellos no saben de la maravillosa fantasía de una promesa imposible
de un descanso eterno a estas manos cansadas

Los viajeros vuelven a partir y nosotros nos volvemos a quedar
cuando finalmente llegó la plaga solo teníamos una promesa
Cada año habemos meno y cada año los dragones piden más
las promesas siempre se cumplen el año que vendrá
pero la tribu ya está harta ¡los viajeros no viajan más!
Procesados y atados al árbol se quedan
Ya nadie hará los viajes por nosotros
y serán los niños sin miedo los que en dragones se convertirán.






 
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