El director regional de Gendarmería, coronel Pedro Villarroel, señaló que es hora de tomar cartas en el asunto "para ver la factibilidad de poder concretar la posibilidad de reparar la cárcel de Curicó, la cual es de 1872, tiene 160 años y fracción. La verdad que con el tiempo y los terremotos que han ocurrido han variado muchas de las dependencias. De hecho, de la construcción original prácticamente no queda nada”, dijo. La autoridad precisó que los trabajos son específicos y que esperan el tiempo que sea necesario para que se concreten. “Ha tenido reparaciones múltiples con el objeto de mejorar las condiciones no solo de la población penal, sino que también del personal de Gendarmería. Producto del terremoto del 2010 parte de los muros perimetrales, específicamente, del sector norte y de Manso de Velasco se encuentran en malas condiciones”, acotó.


Buena recepción

El coronel Pedro Villarroel dijo que se han reunido con el Intendente Pablo Milad, con los consejeros regionales y el alcalde de Curicó. Agregó que todos concuerdan con lo positivo del proyecto. “Vamos a mejorar no solo las condiciones de seguridad, sino que además la seguridad de los vecinos que se encuentran en el lugar. A su vez si podemos mejorar las condiciones de derechos humanos del penal es mucho mejor”, indicó. El director regional de Gendarmería dijo que aún no tiene claro el dinero que se necesita para la obra. “Todo depende si es de conservación o reconstrucción. Es un proceso que estamos llevando y proyectando con el señor alcalde que, incluso, nos está colaborando con los técnicos de la materia. Con la creación de la cárcel de Laguna que se encuentra en Talca y que aproximadamente en un año más estará terminada van a trasladar parte de la población penal de Curicó, pero la ciudad va a requerir de todas formas la posibilidad de mantener internos”, sostuvo. Actualmente hay 437 reos y la idea es que quede al menos la mitad en el actual recinto frente a la alameda Manso de Velasco. Se mantendrían los presos de bajo  y mediano compromiso delictual y los más peligrosos serían trasladados a la capital regional.




 
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