Un femicidio protagonizado por un venezolano y la detención de dos ciudadanos colombianos que mataron a un hombre, ambos hechos registrados hace pocos días en Sagrada Familia, demuestran que los ilícitos violentos son una realidad en la puerta norte de la región.

El fiscal jefe de Curicó, Miguel Gajardo, se refirió a esa situación, la cual la calificó de preocupante, pues acontecieron en sectores rurales tranquilos.

“Es una preocupación que hace un tiempo atrás se ha venido uniendo a distintos elementos como muchas personas extranjeras que han llegado acá y han traído costumbres nuevas, formas de operar de vida distintas y que, de alguna forma, han ido penetrando nuestra vida diaria en forma negativa”, indicó.

Delincuencia se mueve

Tomando en cuenta que varias comunas del país han aplicado nuevas medidas contra la delincuencia, muchos antisociales se han trasladado a ciudades más tranquilas. Esa hipótesis es compartida por Miguel Gajardo.

“Ese es un riesgo evidente, toda vez que la mayoría de los casos lo que se hace es un copamiento de zonas y eso hace que el delito se traslade a otras zonas”, acotó.

Agregó que la preocupación es válida “de una comunidad que tiene un plan especial versus a otra que no lo tiene porque, efectivamente, podría ser un aumento en ese sector y eso obliga a redoblar esfuerzos de coordinación y ocupar al máximo los medios disponibles”.

Bandas tras las rejas

El fiscal jefe de Curicó se mostró partidario de que Gendarmería tome acciones para evitar que los ciudadanos extranjeros que están presos se agrupen y actúen desde los centros penitenciarios del país. “Las cárceles, a veces, son lugares en que están protegidas estas personas y se pueden rearmar. Igual tienen comunicaciones con el exterior”, sostuvo.

La autoridad aclaró que muchos ciudadanos extranjeros vienen a trabajar y aportar al país, pero que se debe controlar el ingreso, por ejemplo, de indocumentados o gente que ingresa por pasos prohibidos.

 
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