"Y verás como quieren en Chile al amigo cuando es forastero...." reza una tradicional canción. Obviamente, que la letra no concuerda con una empresa que tenía  a 36 bolivianos en Teno. Las personas vivián hacinadas en una pequeña cabaña en el sector El Guindo de Comalle, hasta donde llegó la fiscal Mónica Barrientos y personal de la PDI.
Se constató que el inmueble carecía de las condiciones mínimas de higiene y salubridad, lo que configuraría el delito de tráfico de migrantes y trata de personas con la finalidad de emplearlos en trabajos forzados, en condiciones muy precarias.

¿Cómo llegaron ahí?

Los bolivianos llegaron a Chile a través de la empresa Isidora Spa, que sirvió como subcotratistan de la firma BBosch, cuya especialidad es la instalación de torres de alta tensión en la zona de Copiapó y que luego de los aluviones en el norte fueron derivados a Teno.
Tras decretar las primera diligencias, la fiscal Barrientos señaló que esas personas  estaban “viviendo de manera momentánea” en Comalle a la espera de un nuevo empleo. Por tal motivo, en las próximas horas se contactará a la empresa que los contrató para recabar más antecedentes.

"Hace días que no comemos"

Los ciudadanos altiplánicos fueron trasladados al cuartel de la PDI en Curicó donde se les dio alimentación. Varios reconocieron que no comían hace varios días.
La jefa de la Brigada Investigadora de Trata de Personas de la PDI, subprefecto Cynthia Contreras, sostuvo que los bolivianos indicaron que no se habrían respetado las promesas laborales previamente pactadas, como por ejemplo, el pago de sus sueldos, el cual se les adeudaba hace tres meses.



 
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