Tal como lo determinó un acuerdo judicial, el supermercado aCuenta está mejorando sus accesos y capacitando a su personal para dar un mejor servicio a las personas con capacidades diferentes como es el caso de Marcela Oyarce, quien recurrió a la justicia para reclamar que no podía acceder al recinto, ubicado en calle Maipú, porque su silla de ruedas quedaba "atascada" en una rejilla.


"Participaron de corazón"

A una de las condiciones que llegaron las partes en conflicto, fue capacitar a los trabajadores del supermercado sobre temáticas de inclusión. La medida fue celebrada por el administrador del recinto, Alejandro Urrea, quien señaló que es muy bueno e importante seguirla. "De repente nosotros tenemos una distancia con la discapacidad, pero con esto uno toma conciencia, mucho más de lo que uno ve en la Teletón. Estaban preocupados (el personal)  y participaron de corazón que es importante", dijo.


"Me voy feliz"

La protagonista principal de este historia es, sin duda, Marcela Oyarce, quien con persistencia buscó una solución a su problema. Tras la capacitación, se mostró muy conforme. "Me gustó el acceso, el baño, que no estaba contemplado en los requisitos. Me encanto la reunión de ahora por las disculpas del supervisor y de la acogida que me dieron. Me voy feliz", reconoció.


"Fue un paso más allá"

Otro actor importante en este caso fue el concejal Francisco Sanz, quien acompañó y asesoró a Marcela en los pasos que debía seguir. "El supermercado aCuenta fue un paso más allá. Ha remodelado y hecho de nuevo un baño para discapacitados y esta capacitación, con más de 25 funcionarios, fue un triunfo para todos. Todos salimos ganando", dijo. Garantes de este final feliz fueron, además, el director Regional de la Corporación de Asistencia Judicial, Jorge Reyes y la abogada ejecutora del convenio de la Corporación de Asistencia judicial con el Servicio Nacional de la Discapacidad, Angélica Caro.
 
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