No todo lo que brilla es oro. La mitad de los comerciantes que vieron como sus locales quedaron reducidos a cenizas en la Alameda Manso de Velasco de Curicó, a principios de febrero pasado, están quedándose sin la ayuda anunciada por el Gobierno consistente en siete millones de pesos, los cuales fueron anunciados con "bombos y platillos". El director regional del Servicio de Cooperación Técnica, Sercotec, Gerardo Castillo,  aclaró que lo prometido no es un bono, sino que un subsidio no reembolsable, lo que suena muy bien a primeras.

Letras chica

Sin embargo, el funcionario de Gobierno contó que hay un requisito esencial para hacer el pago, el cual nunca se tocó cuando se anunció la ayuda en una conferencia de prensa llena de autoridades políticas que se aprovecharon y celebraron la situación. "Como política de la institución los beneficiados no deben tener deuda alguna. Lamentablemente cuatro de los ocho afectados no cumplen con ese requisito", apuntó en un comunicado de prensa enviado y publicado por diario La Prensa, uno de los medios, junto a www.curicosincensura.com, en destapar este engaño.

Sin sentido común

Lo que parece como un absurdo es que se les pida no tener deuda a personas que llevan tres meses tratando de vivir apunta de créditos y ayuda de familiares. A todas luces, las autoridades no están cumpliendo su promesa, pues desde un principio se habló de una ayuda excepcional debido a que los afectados quedaron con los brazos cruzados tras el siniestro. Esta crítica no es gratuita, pues dos consejeros regionales de la provincia de Curicó como Manuel Améstica y Cristina Bravo pusieron el grito en el cielo al enterarse que aún no se hacía efectiva la ayuda económica, pero donde están los otros que se fotografiaron con los afectados. Que diga algo el Intendente del Maule, Pablo, Milad; la gobernadora, Macarena Pons, entre otros que fueron por puro figurar. Sencillamente, un burla, casi tan grande como el incendio.

Juan Sebastián Cofré
Periodista
Director
www.curicosincensura.com


 
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