A pesar de los esfuerzos estatales y la empresa privada, el siniestro forestal ha consumido poco más de dos mil 300 hectáreas de vegetación natural. Tomando en cuenta que ha sido difícil su contención, existe alerta amarilla comunal para este incendio que se inició el pasado 10 de enero.

Según el último informe técnico de la Corporación Nacional Forestal (Conaf), la emergencia “concentra su actividad en un sector del frente de avance y dos sectores del flanco derecho del incendio, restantes sectores se encuentran circunscritos por líneas cortafuego, presentando puntos calientes aislados de baja intensidad”.

En terreno, la entidad pública tiene desplegados dos puestos de mando con ocho técnicos, una unidad de mando y control ,13 brigadas, seis camiones aljibes, una maquinaria skidder, siete helicópteros y un avión de coordinación. Además, hay una ambulancia de la AChS, con dos personas.

En contacto con diario La Prensa, el gobernador provincial, Roberto González, puntualizó que las alarmas de Bomberos que sonaron la noche del miércoles y madrugada de ayer jueves obedecieron a “que voluntarios acudieron al lugar de manera preventiva, no existiendo afectación de viviendas”. Sobre el combate del fuego, la autoridad agregó  que “las brigadas terrestres como el recurso aéreo de Conaf no descansarán hasta darlo por controlado”.

 

Ayuda de la naturaleza

 

El incendio de Lomas de Huemul ha sido complicado apagarlo por el fuerte viento y la topografía del lugar que se caracteriza por quebradas, por eso los brigadistas han tenido problemas vía terrestre y área.

Ante esas dificultades, las precipitaciones anunciadas para la zona central del país aparecen como una gran ayuda para apagar las llamas. De hecho, se decretó alerta temprana preventiva en la región porque se espera abundante agua para este viernes y sábado.

El informe meteorológico dice que en los valles podrían caer en promedio 40 milímetros por día y en los sectores precordilleranos hasta 50 por jornada.




 
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